viernes, 17 de enero de 2014

The ceramicist

Frances Palmer, abandonó un buen día (hace 25 años ya) la ciudad, para ir a vivir al campo. Una vez allí, supongo que pensaría...¿y ahora qué? Pues, lo que pasó, es que decidió prepararse a fondo, para dedicase a algo que le permitiera desarrollar su creatividad, y al mismo tiempo fuera el nexo de unión entre sus otras dos aficiones, la cocina y la jardinería. Se trata, de lo que ahora es su tercera gran pasión, la cerámica...



 



            Sin duda, una idea brillante la de Frances , y mucho corage para llevarla a buen puerto...




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