Frances Palmer, abandonó un buen día (hace 25 años ya) la ciudad, para ir a vivir
al campo. Una vez allí, supongo que pensaría...¿y ahora qué? Pues, lo
que pasó, es que decidió prepararse a fondo, para dedicase a algo que le
permitiera desarrollar su creatividad, y al mismo tiempo fuera el nexo de unión entre sus otras dos aficiones, la cocina y la
jardinería. Se trata, de lo que ahora es su tercera gran pasión, la
cerámica...
Sin duda, una idea brillante la de Frances , y mucho corage para llevarla a buen puerto...
Vía: The makers project
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