Conocí a Irene a través de las redes sociales y me enamoré al instante de su trabajo, de su casa, y sobre todo de sus preciosos hijos Beau y Pepijn. Os diré además que ella también es una enamorada de nuestro país, especialmente del sur. Aunque sus raíces sean holandesas, ella vive con su familia en Dinamarca. Su casa de Copenhague es un maravilloso espacio (de esos que nos gustan, con fondo blanco, tarima y techos altos) lleno de objetos queridos, como el gran armario que cargaron en el techo del coche desde francia y que ahora luce adornado por su colección de damajuanas o el sillón de estilo clásico recuerdo de su abuela y que siempre la acompaña.
La estupenda fotógrafa Brigitta Wolfgang ha visitado su casa hace poco tiempo, pero os aseguro que las fotos no son más que reflejo de la pura realidad. La casa es bella sin necesidad de adornos, lo mismo que Irene.
Si queréis conocer su trabajo, os dejo el enlace a su Web. Os encantará -->
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