jueves, 3 de octubre de 2013

La casa del maestro

Un buen día, Ingrid Weir dejó atrás su vida en la ciudad para instalarse en las montañas, a cuatro horas de Sidney, en un pueblo de 200 habitantes.

Afortunadamente, Ingrid se encontró con un montón de objetos y recuerdos que le animaron a mantener vivo el carácter original de la vivienda, que en su día perteneció  al maestro del pueblo. De hecho, aunque con pocos alumnos, aún sigue en pie la vieja escuela al otro lado de la calle.

Este ha sido el resultado...



Si queréis ver el exterior de la casa y a los canguros saltando de un lado a otro... 
Design Sponge 




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