Su rebeldía creativa, le lleva a mezclar como nadie fotografía contemporánea con dibujos infantiles, piezas del XVIII con diseños de Saarinen y cacharros del rastro con creaciones propias.
Todos sus trabajos son sorprendentes, desde el lugar que enamoró a Woody Allen para rodar Vicky Cristina Barcelona, hasta su residencia de verano en Cantabria. Pero mi favorito sin duda es su casa de Barcelona, una torre de 1910 donde durante la reforma, descubrió cuál era su verdadero camino y donde encontró además de su hogar, el escenario perfecto para mostrarnos todos sus hallazgos...
Ya te lo dijo en el colegio una monja con visión de futuro...María, no dejes que te cambien nunca!!
Si queréis ver el resto de su casa, pinchad en los siguientes enlaces...
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